viernes, 29 de diciembre de 2006

UN AÑO MAS

Un año mas, sueño mío
para mirarte de frente,
estrecharte entre mis brazos
y besar tu linda frente.
Un año nuevo que se abre
a la paz a la esperanza,
a la vida que es un canto
de amor, de paz, de confianza.
Un año nuevo que deja
atrás tristezas y encantos,
aciertos y desengaños
tambien navidades blancas.
Un año en el que la ausencia
de algunos seres queridos,
maduraron y templaron
el carácter y las almas.
Quedaron nuevas arrugas
que demuestran que guardadas,
ilustran las experiencias
que al nuevo año confabulan.
Regalando parabienes
abrazos gigantes, besos,
testigos de amores viejos
que de nuevo reverdecen.
Para vivir ahora y siempre
con el ánimo contento,
con espiritu ferviente
y contigo siempre, siempre.

María Asenet Arboleda Urrego

jueves, 28 de diciembre de 2006

SUEÑOS




Cierro mis ojos y veo lo frágil
de la luz que expande de rojo mi espacio,
y mi mente en blanco se convierte en eco
de ondas musicales que llaman amores.

Mi espíritu ardiente trasciende luciente
lo mas dulce y suave de mi ser ausente,
embriagado y lleno de esencias celestes
que claman secuencias de suspiros fuertes.

¡Qué bella es la vida cuando sueño a solas!
lo tenue y brillante de lo limpio y puro,
en que suele tornarse el “aura” del alma
cuando bebo a sorbos esa fresca calma.

Del aire que llena mi pulmón de aliento
del viento que besa mi mejilla al aire,
del sol que calienta mi cuerpo y mi mente
del cielo que llena de estrellas mi sueño.

Sueños, no son sueños, son las metas ciertas
caminando firme por senderos tristes,
aguerridos, fríos, despojados, quietos
pero que conducen al gozo perenne.

De aquel que soñando se enriquece y logra
amar siendo amado y ser feliz siempre,
compartiendo alegre y este mundo andando
soñando despierto y la paz sembrando.

Los niños sonriendo y el sabio enseñando
los campos poblando de frutos y encantos,
el joven triunfando, sin guerras ni llantos
la luna alumbrando y el progreso andando.

¡Soñemos, soñemos! El sueño alimenta
y no cuesta nada, ¡soñemos en grande...!,
tal vez así hagamos realidad un sueño...
quizás nos bebamos el vivir soñando.

MaríaAsenet Arboleda Urrego



miércoles, 27 de diciembre de 2006

VESTIDA Y ALBOROTADA




Después de mucho pensarlo y de mucho meditarlo
me atreví a soñar despierta y me quedé boquiabierta,
a Tarso yo fui a parar a palomas desplumar
trasquilada me quedé, ovejas lana no tener.

Con gran ceremonia hablé y a mi novio yo inspiré
muy romántica y locuaz: ¿Conmigo te casarás?
Él gentil y muy cordial, con cara de general:
¿Qué ganaré majestad? “Mucho...mucho he de pensar...!

Vestida y alborotada me he quedado sin hablar
cuando de amores se trata, sorpresas se han de llevar,
eso pasa cuando viajas sin el pasaje pagar
o cuando ensillas la mula sin comprarla, ¡Qué bestia...!

Cuántas veces en la vida cuando amas de verdad
te despiertas y descubres que muy equivocada estas,
que eres la tonta de turno, que tu galán no es real
que los sentimientos puros en pocas mentes están

Pero analizas la historia y deduces al final
que es mejor equivocarse y a tiempo reflexionar,
que cada día el sol nace y el mundo vuelve a girar
que es normal caerse a veces y volverse a levantar.

Cuando vayas por la calle, despertando admiración
sonríe graciosamente y aprovecha la ocasión,
pero ten la precaución de entregar tu corazón
solo a quien sepa leer la verdad sobre el amor.

Amor es una palabra que despierta a la oración
a dos seres que se funden en plegaria al Creador,
que comparten la tristeza, la alegría, la canción
y amanecen cada día con una sonrisa en flor.

María Asenet Arboleda Urrego

viernes, 22 de diciembre de 2006

TUS OJOS


Fueron esos ojazos tuyos los que alumbraron mi vida
en esa noche callada en que a oscuras y a escondidas,
te descubrí quedamente solitario y vacilante
entre el tumulto de gentes que buscaban la salida.

Yo miraba fijamente y adivinaba en silencio
lo que descubrir querías en esos mismos instantes,
en que una rosa fragante se ocultaba inocente
entre los velos fugaces que envolvían mi alma amante.

Descubrí que tus luceros se clavaron en los míos
y llegaron a mi entraña y la invadieron de sueños.
y la luna que brillaba en lo más alto del cielo
envidiaba fugazmente aquel amor excitante.

Y que dulce melodía entablaron tus pupilas
confundidas con las mías entre las sombras perdidas,
y que linda serenata se escuchaba en el silencio
celebrando dulcemente aquel festín anhelante.

Que miradas florecieron tan tierna y tan sutilmente
cada vez que se escuchaban los tic tac de corazones
que se fundieron entonces con la magia de tus besos
que se hicieron evidentes con el devenir del tiempo.

Esos tus ojos que a diario me rondan tan tiernamente
son los únicos culpables de tu amor y del encanto,
que me mantiene atrapada a tu alma y a tu canto
cual sabia al árbol frondoso vivificando su estancia.


Regálame tus ojazos para alumbrar los senderos
que recorreré por siempre en noches grises de llanto,
para volver siempre, siempre a tu vida y a tu mente
para iluminar con ellos y mirarte a cada instante.

María Asenet Arboleda Urrego

jueves, 21 de diciembre de 2006

VOLVER A VIVIR



Sabes que la piel se arruga
y que el cabello encanece,
que los días se hacen siglos
que la vida va sin prisa.

Que tu y yo somos eternos
en convicción y coraje,
y que el espíritu crece
porque el amor es gigante.

Que hay un punto de partida
Y una llegada inminente,
la meta es el desafío
para este feliz viaje.

Te invito a reanudar lo andado
revestidos de fragancias,
sin lo amarillo del tiempo
ni las tristezas de usanza.

Si se oxidan nuestros huesos
inspiraremos respeto,
yo me apoyare en tu hombro
no importa si el paso es lento,

Escucharemos juntitos
las gotas de lluvia inquietas,
el canto de los jilgueros
cuando la luz amanezca.

Tu me dirás que me amas
y yo tímida y ferviente,
disimularé la alegría
que me ruboriza siempre.

¡Quien diría que los años
aunque pasen inocentes,
conservan las ilusiones...!
¡Que los sueños no envejecen!

Que el caminar por la vida
es un evangelio vivo,
que guarda las enseñanzas
de los que vivieron siempre.

Con la frente siempre en alto
con el ánimo contento,
llenando los corazones
de amor, de luz, de progreso.
María Asenet Arboleda Urrego

miércoles, 20 de diciembre de 2006

Navidad




Navidad: tiempo de encuentro, de amor y de festejo
¡Cuántos abrazos, cuántos besos, cuánto acento!
Junto al pesebre los coloquios, los suspensos
José y María, un tierno niño: Dios del cielo.

A los que un día amé, amaré y estoy amando
al que no supe sonreír en el instante,
al compañero de labores, al extraño
a quien me dio vida y cobijo, va mi canto.

Voy a escribir todos sus nombres en mi alma
para sembrar un fértil árbol de esperanza,
lo regaré todos los días con mi savia
y con mi amor lo haré que crezca y que florezca.

Idearé con tacto inmenso dulces notas
y surgirá febril plegaria de sus nombres:
el villancico más precioso que se escuche
junto al pesebre: Navidad, luces y estrellas.

De aguinaldo sentirán un fuerte abrazo
que les abrigue con los suyos hasta el alma,
percibirán mi presencia con el viento:
sutil fragancia al expandir frutos mi árbol.

Amaré cada momento y cada instante
en que siento que les pienso, que los siento,
cuando arribo hasta la puerta de sus casas
y las manos y las risas se acompasan.

Dios regale bendiciones día a día
Muchas, muchas navidades y años nuevos,
Que la paz sea alegría, sea consigna
Muchas manos engrandezcan nuestros sueños.


María Asenet Arboleda Urrego




martes, 19 de diciembre de 2006

Amor Amor



AMOR, AMOR

Amor: alegría de encontrarte, de verte y de sentirte
de mi amor brotan sin cesar cantos y aromas,
porque mi alma viaja airosa en lontananza
con el viento, con tu risa, con tu alianza.

Mi amor es limpio y puro como el agua
que baja vertiginosa desde el cielo,
calmando así la sed ardiente de la tierra
propiciando el renacer de nuevas plantas.

Mi amor se alegra cuando canta en tu ventana
melodías que renacen añoranzas,
cuando siento la tibieza de tu manos
y reclino mi esperanza en tu regazo.

Respiro amor al contemplar el brillo de tus ojos
cuando juego con tu pelo en las distancias,
cuando adivino tus mensajes en silencios
cuando me siento prisionera entre tus brazos.

Cuando el amor es verdadero no hay ganancias
porque el milagro del amor es la presea.
al compartir lo honesto y puro a cada instante
cuando se juega con valor por una causa.

En corazones amorosos no hay engaños
no hay dualidad, no hay cizaña, no hay traiciones,
solo existe una plegaria que trasciende
las pasiones materiales sin balance.

Solo mi amor se dignifica en el silencio
en el misterio único y fiel de mi existencia,
donde la luz se alboroza en su presencia
y solo hay paz, serenidad, calma y fragancia.

Yo amo al amor, a cada vida, a cada ser
a cada hacer que reivindica sensaciones,
de progreso, de entusiasmo, de alegría
del cantar y el florecer en mi vergel.

María Asenet Arboleda Urrego