Coraje es una palabra que acompaña a los valientes
que los impulsa y anima para alcanzar las metas ciertas,
que madruga y alimenta en arideces desérticas
que sostiene y reanima en la oscuridad yaciente.
Coraje es el fiel amigo en los momentos de llanto
quien levanta en las caídas impulsando a los osados,
fortalece en las borrascas que entorpecen los ascensos
se ufana y anuncia loores para seres inteligentes.
Coraje es la fuerza interna que agiganta la esperanza
haciendo volar esas fuerzas dormidas en las conciencias,
y así aparecen milagros imposibles en la vida
curando los sinsabores en las tristezas y heridas.
Coraje es la gota de agua que sacia la sed de amores
conduciendo hacia la mar los hilos de riachuelos,
que al entrecruzarse anuncian que faros en las bahías
son presagio de fortuna cuando la tempestad es muy dura.
Coraje es el Dios supremo que te dona la alegría
la templanza, el entusiasmo al nacer de cada día,
te llena de luces blancas y te anuncia que en la vida
amor con amor florece, si tu quieres, vida mía.
Si te llenas de coraje aclararás tus ideas
para tomar decisiones importantes, decisivas,
para poder elegir con mentalidad abierta
ajena a las influencias del sistema que domina.
En los momentos de angustia, de tormento y agonía
en la vida y en la muerte, en los momentos de dicha,
el corazón se acelera y el cerebro se refresca
cuando tienes el coraje para enfrentar la salida.
Llenémonos de coraje al despertar cada día
para mirar en los otros, nuestro yo también sediento,
de amistad y de alegría, de entusiasmo y de confianza
de fortaleza y encanto reviviendo en armonía.
María Asenet Arboleda Urrego
