jueves, 4 de noviembre de 2010

CORAZÓN MADURO



Le pedí a Dios un amor
para compartir el resto de mis días,
y El me regaló un corazón maduro
tan dulce y tierno con un corazón de niño.

Me envió un corazón maduro
sin apariencias, sin altivez ni engaños,
transparente y limpio como el agua
para calmar la sed de mis quebrantos.

Nunca dije cómo quería ese cariño
sólo pensé que seria generoso y bueno,
como el pan que alimenta y va nutriendo
el alma y la corporeidad unidos.

Corazón maduro repleto de experiencias
cansado de la vida y sus hazañas,
hambriento de bonanza y de calor
de amor, eterno amor, amor sereno y sabio.

Amor que sacia y acompaña hasta la muerte
amor que canta una oración a cada instante,
amor que juega, llora, canta, abraza y ríe
amor sin competencias ni traiciones.

Corazón maduro, beso a beso, pasito a paso
abrazo eterno, seguro, tranquilo, sin reclamos,
piel a piel confundida, abrigo y canto
libertad para sentir y vivir sin escaparnos.

¡Oh...! valor para entenderlo y aceptarlo
coraje para no huir de sus encantos,
tenacidad para evacuar los paradigmas
solidarios sin justicia y con impacto.

María Asenet Arboleda Urrego

jueves, 7 de octubre de 2010

TU VOZ


Escucho el sonido de tu risa loca
de tu voz que llama y reanima el alma,
de tu acento fuerte, seguro y galante
que asegura eternos suspiros que calman.

Endulzas mi oído y me transporto al alba
probando lo tierno y lo sutil que encanta,
que enamora, aquieta sentidos que claman
que se unen, se aman, se esfuman y danzan.

Tenme quietecita juntito a tu alma
yo aporto la magia que alimenta y sana,
esos sinsabores que entristecen y andan
rompiendo el encanto de la vida llana.

Háblame muy quedo, pronuncia mi nombre
que el eco me traiga tu dulce palabra,
que unida a mi espíritu se convierte en aire
y retorna al tuyo convertido en aura.

Esos tus mensajes que escucho en suspenso
me traen tu imagen gallarda y radiante,
tus brazos me envuelven y siento el encanto
de tu voz, tu risa, tu amor y tu canto.

Espera impaciente el feliz momento
de amores que viven su sueño dorado,
rompe nubarrones disipando ausencias
de noches oscuras, espacios distantes.

Confío mis cuitas a mi bien amado
cual jilguero al viento bajo un sol naciente,
tu mano en mi mano, tu mente en mi mente
A Dios demos gracias hoy, mañana y siempre.

María Asenet Arboleda Urrego

miércoles, 8 de septiembre de 2010

ANHELOS




¿Acaso tu mirada coqueta y juguetona
esconde en su infinito misterios de ilusión,
acaso es un presagio de luz en el verano
que viene pregonando sonetos de emoción?

Me miras y te miro y salta el corazón
cual rosal que florece en jardines de arrebol,
¿No sientes que me sientes, que bailamos al son
de un suave torbellino, gotitas de candor?

Asidos de la mano, ternura y esplendor
trasladase dos almas cual espíritu en flor,
se nutren y alimentan cual semilla en sazón
se esfuman y se alzan desde la tierra al sol.

Es la vida: nos invita al convite del amor
nos ofrece la sabia del árbol en verdor,
es Dios que nos bendice, sonriente y juguetón
diciendo: no se escondan. ¿No ven? ¡Los amo yo!

Transfórmate en jilguero y canta una canción
con la luz mañanera, sonata en profusión,
¡Abrázame muy fuerte! Diciéndome al oído:
¡Despierta, es el momento, comienza el resplandor!

De la lluvia que modula tu nombre sin parar
de la ciega tempranera en campos del trigal,
es el silbar del viento que lleva la semilla
del amor que florece en almas de cristal.

Tu corazón y el mío palpitan sin cesar
anuncian que se acerca la dulce realidad,
que es tiempo de vivir el sueño prometido
el sueño que perdure hasta la eternidad.

María Asenet Arboleda Urrego

martes, 31 de agosto de 2010

ESCUCHO TU VOZ



Cuando en las mañanas despierto y te siento,
sonríe mi alma y quedo te digo:
!Gracias!... !Dulce dueño de mi vida!... !Gracias!
Estas junto a mí.

Me levanto pronto y esa serenata
que siempre me ofreces al nacer el día,
hace que su ritmo alegre y contento
sea una plegaria grata al caminar.

Tu voz melodiosa me incita a seguir
tejiendo mensajes de paz y de amor,
por cada rincón, paraje o región
donde haya tristeza, desdicha y dolor.

!Escucho tu voz, Señor... escucho tu voz
y soy muy feliz porque junto a ti,
ya no hay tempestad, tu me das razón
para continuar mi viaje y reír.

Déjame seguir tu voz y tu acento
déjame escucharte en cada momento,
déjame decir que eres el buen Padre
que todos buscamos con afán, con gritos.

Escucho tu voz... y muy quedamente
mis ojos se cierran, me invade tu paz,
sólo tu presencia presiento al andar
y muy suave digo: !Estas junto a mí!

Escucho tu voz muy cerca del mar
en cada visión, paisaje y color,
cuando nace el sol y en la oscuridad
cuando hay resplandor... también soledad.

María Asenet Arboleda Urrego

miércoles, 25 de agosto de 2010

ROSTROS


¡Qué mosaico tan precioso
resalta las esperanzas,
de los pueblos que con magia
el alma brilla en sus rostros!

Los colores de las razas
sublime arco iris forman,
blancos, negros, amarillos
un mestizaje es la gloria.

Universo de colores
de culturas y de amores,
un solo Dios: Padre-Madre
un solo color de sangre.

Poesía y elocuencia
por sus venas confabula,
sangre azul y sangre roja
diferencias se conjugan.

La sociedad alardea
con su escala de valores,
pero el hombre es solo un hombre
que sobrevive y deambula.

La enfermedad y la muerte
la tristeza y la alegría,
como juez va desfilando
entre rostros sin salida.

Las guerras y las quimeras
no tienen rostro y arrasan,
por un credo y una raza
por la tierra y sus alianzas.

América, Oceanía, Europa, Asia, África
noche, día, sol y luna, vida, muerte solo una,
un solo amor que camina
por las sendas de la vida.

María Asenet Arboleda Urrego

martes, 17 de agosto de 2010

PEDÍA


Pedía la joven de porte elegante
a sus invitados, pasar adelante,
pues quería ver, feliz sonrojarse
a aquellos que osados, olían demasiado.

Esos olorcitos que invaden espacios
y que se concentran como caro bálsamo,
esos que sofocan, que tanto alborotan
¿De dónde han venido? ¿Quién los ha inventado?

De pronto la joven se ve sudorosa
cacheti rosada y muy asustada,
aprieta las piernas y ya tembloorsa
anuncia llorosa que ya está cagada.

¡Qué risas invaden aquellas holguras!
¡Cómo con la mira todos la censuran!
no entienden que nacen de la parte humana
a todos cobija y los engalana.

El Cura, la Monja, el Obispo, el Papa
el rico y el pobre, el feo y el sapo,
los animalitos y los angelitos
esos de corbata y los ya sin bata.

Los de ojos azules, los negros, los blancos
los alborotados, los adormilados,
el niño inocente y los mas decentes
los muy arrastrados mas los desgraciados.

¡Qué sería del hombre sin oler a coles
a grasa, a frijoles, a arroz, a guisantes!
¡Qué seria del rico sin votar sus gases
si esas flatulencias son sus bendiciones!

¡Gracias, Jesucristo, que eres tan bendito
y que esos peditos te huelen a gloria!
¡Gracias Virgencita, siempre tan bonita
también cagadita nos colmas de aromas.

¡Gracias a la vida por llenar de aromas
todos los amores y los sinsabores!
¡Y a esas tripitas que tan indiscretas
nos anuncian cuando comienza una fiesta!

Y a usted, amigo, le digo muy presto:
¡No se burle, mijo, también usted lo hace!...
no tiene la culpa si su cuerpecito
siendo tan perfecto de sí mismo nace.