miércoles, 8 de septiembre de 2010

ANHELOS




¿Acaso tu mirada coqueta y juguetona
esconde en su infinito misterios de ilusión,
acaso es un presagio de luz en el verano
que viene pregonando sonetos de emoción?

Me miras y te miro y salta el corazón
cual rosal que florece en jardines de arrebol,
¿No sientes que me sientes, que bailamos al son
de un suave torbellino, gotitas de candor?

Asidos de la mano, ternura y esplendor
trasladase dos almas cual espíritu en flor,
se nutren y alimentan cual semilla en sazón
se esfuman y se alzan desde la tierra al sol.

Es la vida: nos invita al convite del amor
nos ofrece la sabia del árbol en verdor,
es Dios que nos bendice, sonriente y juguetón
diciendo: no se escondan. ¿No ven? ¡Los amo yo!

Transfórmate en jilguero y canta una canción
con la luz mañanera, sonata en profusión,
¡Abrázame muy fuerte! Diciéndome al oído:
¡Despierta, es el momento, comienza el resplandor!

De la lluvia que modula tu nombre sin parar
de la ciega tempranera en campos del trigal,
es el silbar del viento que lleva la semilla
del amor que florece en almas de cristal.

Tu corazón y el mío palpitan sin cesar
anuncian que se acerca la dulce realidad,
que es tiempo de vivir el sueño prometido
el sueño que perdure hasta la eternidad.

María Asenet Arboleda Urrego