miércoles, 30 de marzo de 2011

LAPIZ


De tanto necesitarte y de tanto usarte
mi amor despertaste sin pausa, sin pasantes,
tu trazo, el más fiel, limpio, puro, ferviente,
que verás y asiduo, mi pensamiento, vierte.

Calendarios, sin fin, testigos ciertos
de los esfuerzos por hallarte y por tenerte,
mis pequeños ahorros gota a gota
a la alcancía iban a parar para comprarte.

Verdes, rojos, lilas, café, musgo y marrón
negros y blancos, anaranjados y azulinos,
color boñiga, tierra y agua, color de obispo
terracota, ocre, marfil, malva, rosa y amarillo.

Prismacolor, marca ideal, pero costosa
acuarelas, carbón y tintas, barro, achiote o lo que toque,
con tal de dibujar ese mosaico de arreboles y colores
con estilo y con pasión, aunque me coma los reglones.

Obras de arte y de emoción, con perspectivas y sazón
lo importante es trascender, usando la imaginación,
escribir con los milagros, letras ser del señor abecedario
¡Qué gran genio! ¡Santo Dios! Ser humano aprendiz y creador.

Lápices hay de calidad y de color
su inventor, ¡Qué ingenioso y provisor?,
todos, todos con un lápiz y un papel
puede expresar, lo que siente y lo que quiere el corazón.

Que nunca falten lapicitos con radar
para plasmar la obra de arte, más preciosa,
del amor, paz y progreso de esta tierra
enmarcando al cielo azul... "felicidad".

María Asenet Arboleda Urrego

sábado, 12 de marzo de 2011

QUIERO DORMIR EN MI CASA


Quiero dormir en mi casa
en la casa de mis sueños,
allí las noches son tiernas
y son tiernas las auroras.

Donde cada mañanita
al son de cumbias y aromas,
se despiertan las alondras
y se alegran con mis bromas.

Se escucha el silbar del viento
y con tanto movimiento,
va cantando el pregonero
va anunciando sus conciertos.

Quiero de nuevo dormir en mi casita querida
y levantarme alabando los aciertos y los días,
quiero dormir en tus brazos y quedamente escuchar
esos amores tranquilos y de tu corazón el tic tac.

Durante el día jugar compartiendo esas historias
que han llenado tu cerebro de cucarachas y glorias,
verte reír y danzar, discutir y trabajar
al vaivén de las mareas de los días y las olas.

Y en las noches también quiero en mi casita dormir
confrontando las nostalgias y las dichas por vivir,
con el ánimo contento y las ganas de reir
por las caricias doradas que el mundo dona hasta el fin.

Dormir en mi casita quiero, también quiero construir
un oasis de esperanza para el que quiera venir,
a contagiarse del aire y del dulce compartir
con Laura, María y Jesús que no cesan de aplaudir.

María Asenet Arboleda Urrego