domingo, 20 de diciembre de 2015



NAVIDAD EN CASA

Con el corazón en la mano
con los brazos extendidos,
para regalar a todos
besos y abrazos sentidos.

"Gloria a Dios en las alturas
y paz en la tierra,
a los hombres de buena voluntad"
¡Ha nacido la verdad, la vida, la libertad!

Todos, todos celebramos
la fiesta de Navidad,
todos, todos presurosos
a casa marchando están.

Vuelve a casa, ¡Oh! Papá,
vuelve a casa tu que estas
a millas del sembradío
a millas de tu heredad.

Tu que enfermo y triste estas,
vuelve a casa en Navidad,
tu que ríes de verdad
¡Vuelve a casa en Navidad!

La casa no es un lugar
la casa no es la ciudad,
la casa es la realidad
que en el alma riendo está.

Navidad es cada día
Navidad es hermandad,
Navidad es vivir por siempre
a la luz de la verdad.

Navidad es estrechar
lazos de progreso y paz,
Navidad es gritar conmigo
¡Feliz, feliz navidad!

Autor: María Asenet Arboleda Urrego

sábado, 19 de diciembre de 2015



NIETOS

¡Precioso regalo, único, imperceptible!
¡”Semilla, origen  y elixir, vida pura,
que se forma en el socavón del alma,
 perdura eternamente, magia viva”!

Fruto del amor sublime y libre,
donde solo tú y yo, son solo uno,
donde tu sangre se funde con mi sangre
donde Dios hace infinito su mensaje.

y en un instante en éxtasis redimido,
se eternizan nuestras almas, sin huidas…
padres, hijos, nietos…sus cimientes…
todo un mundo se conjuga por la vida.

Nietos: Fruto, transmisión de fuerzas liberadas,
esencia y razón de la existencia,
existencia perdurable, don divino,
¡”Tu sangre con mi sangre…solo una”!

Son los hijos de mis hijos, de mis nietos
bisnietos, cadena  y fuerza repetida,
¡”Viva, mi vida, vivirá en sus vidas”!
¡”Tu sangre con mi sangre…solo una”!

Generación tras generación, sustancia cierta
heredad, raíces de los pueblos,
testimonios, legados, tradiciones…
imperio que ha nacido y perpetua.

Tu existir, tu nacimiento y muerte…
¡”Tu sangre con mi sangre…solo una”!
Como la vida, la tierra, sol y luna,
¡Roja o azul, nuestra sangre es solo una!

Mis hijos, mis nietos, mis bisnietos,
no son mi propiedad, mi talismán,
solo son mensajeros de otros reinos,
que en mi vientre Dios forjo, con su verdad.
 
Maria Asenet Arboleda Urrego