martes, 31 de marzo de 2009

OJOS TRISTES



OJOS TRISTES

Lentos días de tristezas y quebrantos
junto al lecho de mi amor que victimario,
de dolores, de delirios y agonías
regalábame sonrisas y ojos tristes.

Fustigada, adormilada y extenuada
atinaba conquistar un sitio cierto,
donde al fin pudiera aislar mis pensamientos
al compás de un buen café y un bocadillo.

Contemplaba de soslayo aquel paisaje
y era inútil no observar tantos fantasmas
que apesadumbrados entraban y salían
con un sello peculiar: sus ojos tristes.

Retomaba mil sonrisas inventadas
por los enormes pasillos y ascensores,
donde angustiada tantas veces me perdía
al descubrir rostros bellos y ojos tristes.

Con sorpresa al acercarme a aquella cama
de hospital, fría, pulcra y sin encanto,
el beso dulce de mi amado moribundo
tenía magia al sonreír con ojos tristes.

Ojos tristes de presteza o de silencio
ojos tristes por la guerra y la violencia,
por la muerte, las ausencias, las carencias
la enfermedad, el desafío de este mundo.

Dios del cielo, mitiga con tu canto
los sinsabores de tu pueblo en marcha,
la tierra prometida es la precea
haz que por siempre sea tu amor la estancia.

María Asenet Arboleda Urrego

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando un corazón es roto... No hay quien lo pueda consolar, solo los sueños de lo que pudiese haber sido y la confianza de que lo hecho es ganancia..

Solos y desde antes de nacer nos toca vivir la vida tal y como viene, algunos con delicias y otros sin sabor que disfrutar...

Gracias a Dios que nos da la esperanza para vislumbrar lo que puede ser... tal vez se hagan realidad tus mejores anhelos…

Te amo... mama...
Manuel