domingo, 16 de diciembre de 2007

VIENTO



¡Viento, viento, viento delicioso!
¡Cómo me agrada sentirte en el momento!
¡Cómo me robas sin presión estos sofocos!
¡Cómo me besas y acaricias con encanto!

Yo adivino las plegarias en tus ecos
y la audacia con que viajas libremente,
nada, nada se interpone en tus acechos
porque eres ligero y tibio, frió, voraz y hambriento.

Eres amigo incondicional del universo
eres aire, eres ráfaga, eres tormenta,
cumples cabal con tu misión sin precedentes
eres la vida, eres fuego, eres incienso.

Transportas sabiamente las semillas
que cundirán de florescencias las comarcas,
y sin preámbulo se saciará la tierra
con el jugoso y abundante fruto que de ella brota.

Viento: te amo, amo tu suave brisa y tu coraje
quiero perderme fugazmente en tu oleaje,
participar en el cortejo de tu estancia
y llegar hasta los cielos en tu viaje.

Elevemos presurosos un mensaje
al Creador de la vida, nuestro ángel,
para que los remolinos destructores en tu viaje
porten notas de ilusión, brisa que sacie.

Como el viento revivamos el concierto
de las fuerzas que armonizan la existencia,
de los seres que transitan y suscitan
una gota de entereza y de esperanza

María Asenet Arboleda Urrego

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