Dice Gabo en su novela
que al coronel nadie escribe,
que lo han dejado esperando
a que el gobierno le liquide.
Una cuota jubilosa
por los años trabajados,
un reconocimiento al tiempo
por el esfuerzo empeñado.
Mas la muerte se adelanta
y le cobra hasta con creces,
la inversión que ha colocado
en una caja sin fondos.
Y para ajustar las cuentas
su casa le han rematado,
y a la calle le han tirado
cuanto titulo había ganado.
Esto no solo sucede
al coronel mencionado,
ese es el disco rayado
en cada esquina escuchado.
Tenga paciencia y confíe
que con suerte y persistencia.
talvez usted salga airoso
antes de morir dichoso.
Y si la vida le juega
mala pasada y le quita,
de un zarpazo la tajada
de las decenas grabadas.
Entréguese felizmente
al cielo con alborozo,
despréndase y ligerito.
Dios le regala un reposo.
María Asenet Arboleda Urrego
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