CAMINAR

Intentando e intentando he aprendido a caminar
con mis pies y con mi mente mis sentidos y mi suerte,
con los rayos de la luz, con las olas de la mar
con mi música y mi llanto, con mis sueños y mi cante.

A pie o a lomo de mula he recorrido distancias
mi piel como bronce y oro el viento, el sol besa y toca,
el sudor va eliminando de mi cuerpo las miserias
y las de mi alma rebotan transpirando gota a gota.

Permíteme reandar tus huellas y tus lecciones
dame fuerzas para ver tus vertientes y tus valles,
poder descubrir talvez lo sabio de tus mensajes
quizás me atreva a seguir recorriendo tus paisajes.

Es hermoso caminar por campos, sendas, parajes
con contrastes pueblerinos de ciudades y de mares,
culturas y rostros bellos, transeúntes, moradores
gente preciosa y linda viviendo tiempos y amores.

Caminar sobre las aguas, por la nieve y la espesura
por entre los matorrales con la lluvia y las penurias,
con el sol que va alumbrando y calentando día a día
de noche y entre sombríos con la luna y las estrellas.

Caminar entre despojos sin protección ni equipaje
tropezando a cada instante sin visión y sin balance,
llorando y pasito a paso por la vida agonizante
sin un sitio a donde ir sin unos pies que levanten.

Y qué lindo es caminar con esos seres queridos
que a nuestro paso caminan compartiendo pan y abrigo,
con el amor que con besos alimenta y da sentido
a ese arte de avanzar con seguridad y tino.

María Asenet Arboleda Urrego