sábado, 22 de septiembre de 2007

VACIO



Sin esencia, sin luz, sin esperanza
sin perfección ni material, ni humana
vacía esta mi alma y mi conciencia
vacía, sola y triste hoy se engalana.

Contenidos sin sentido y sin presencia
ociosos rondan vertiginosamente,
asolando con lujuria y con espanto
los mas preciados paraísos de mi estancia.

Presuntuosos y locos pensamientos
hacen guarida, día y noche, sin descanso,
los despojos de mi ser y de mi nada
solo resquicios dejan libres entre abrojos.

Solo espacios, sin materia perceptible
serenos, llanos, moribundos, insondables,
merodean y rebuscan, sin reflejos
cada huida, cada sitio que cortejo.

¡Qué vacío Señor...qué gran vacío!
es el único símbolo que veo,
en esta tarde silenciosa y sin sentido
sin razones, sin repuestas, sin abrigo.

Vacío, soledad, incertidumbre, frío
desazón, miseria, angustias y quebrantos,
¡Qué es la vida...qué es el mundo...su destino...!
¡Quien soy yo, para exigir vestigio alguno!

¡Cómo llenar de placidez mis ansiedades!
¡Cómo lograr mi buen Jesús esas bondades
con que cobijas a tus hijos cuando invaden
sus vacíos recintos invernales!.

María Asenet Arboleda Urrego

1 comentario:

Anónimo dijo...

un saludo a una mujer que me ha hecho creer en lo imposible.... tu hijo..