sábado, 21 de julio de 2007

ESAS LAGRIMAS



Esas lágrimas bañaron tus mejillas
la tarde en que dijiste que me amabas,
cuánta ternura en tu rostro reflejada
cuánto suspenso en el aire contagiaba.

Esas lágrimas llegaron a mi alma
y mil suspiros florecieron con la calma,
de una vida sin reservas entregada
y que en mi corazón amante se albergaba.

Lágrimas por una dicha compartida
cual la agonía de un “Jesús resucitado”
quien por amor al otro ha entregado
su vida, su visión, quehacer sagrado.

Lagrimas diamantinas bañando los desiertos
lágrimas de dolor previniendo el desconcierto,
esas que enseñan un corazón sensible y tierno
que son fieles al amor y a sus enojos.

Si esas lágrimas juntaras con las mías
un océano de amor florecería,
y los brotes de la dicha y la armonía
en brigadas de paz se tornarían.

Esas lágrimas de amor ensombrecidas
por tus dudas, tus olvidos e impaciencias,
van nublando mi ser y mi esperanza
y mi vida se hace parte de tus lágrimas.

Lágrimas precedidas de alegrías y suspensos
tristeza transformada en sonrisas y contentos,
eso es la vida: Reír, llorar, ir contemplando
como pasan los minutos, los días y los años.

María Asenet Arboleda Urrego

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