martes, 2 de enero de 2007

CUANDO CANTO





Cuando canto, musito la esperanza
del devenir del día florecido,
trastocado de notas inmortales
para alcanzar una estrella en el paisaje.

Veo flotando los sueños dulcemente
como la luz del sol en el poniente,
como esos lotos que nadan en un lago
Y que engalanan la tarde con sus flores.

Es la melodía de la vida:
cuando siento el titilar de las estrellas,
es ese dulce presagio de alegría
cuando me como las notas de algún día

¡Cuánta luz, cuánta ternura, cuánta vida!
me estremezco suavemente y me contagio,
de esos arpegios excitantes y caricias
que me brindan tus emociones vivas

Tu: ¡OH nacer de sentimientos abstrayentes!
cuando me envuelvo en tus trinos celestiales,
cuando es mi garganta que transforma
en himnos inmortales tus plegarias.

Ámame, así como la nota al viento
como la flor que nace en el desierto,
como el coro de Ángeles vivientes
como la luz se extingue con la muerte.

Ámame, hoy mañana y siempre
nunca dejes de susurrar mi nombre al tiempo,
yo con mi canto envolveré el encanto
de tu vida y mi vida eternamente.

María Asenet Arboleda Urrego

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