miércoles, 17 de enero de 2007

CAMBIAR ESPINAS POR ROSAS



Las espinas disecadas ahogaron el concierto
se perdieron silenciosas en la oscuridad del tiempo,
sus despojos yacen yertos olvidados por el viento
su recuerdo ya no cuenta, el vacío es siempre cierto.

Sinsabores y amarguras apagaron las conciencias
los incendios apagaron el oasis del desierto,
las semillas no brotaron por la invalidez inerte
los capullos se murieron sin mirar la luz naciente.

Esas espinas que un día acompañaron constantes
bellas rosas que alegraron las miradas expectantes,
fallecieron lentamente porque carecieron siempre
de una mano bondadosa, un beso un abrazo fuerte.

Mas un día, feliz día el amor pasó de frente
infundió aliento de vida, respiro profundamente,
esparció gotas de lluvia, les sonrió tiernamente
alegró con dulces trinos, la vida surgió elocuente.

Renacieron esperanzas y las espinas de entonces,
se engalanaron de flores de mil y de mil colores,
revivieron ilusiones, sintieron vivir de nuevo
alegraron corazones, sus mentes brillaron siempre.

Cambiemos amigo mío la dureza que se siente
cuando el miedo nos agobia y encorva los sentimientos,
volvamos a dar la mano, renazcamos nuevamente
cambiar espinas por rosas, la verdad es impaciente.

El amor que Dios nos brinda que alimenta y que sustenta
fortalece a manos llenas corazones insistentes,
este corazón de piedra que envejece y enmohece
emana sangre prolija, ¡ha nacido nuevamente!.

María Asenet Arboleda Urrego













1 comentario:

Anónimo dijo...

hola guapa ;-)

acabo de leer tu poema.....muy bello

te mando un caluroso abrazo y un beso...te amo, Aldewin