martes, 13 de marzo de 2007

EUFROCINA ARBOLEDA URREGO




E
En este glorioso día, yo me acerco a tu ventana
para alegrar tus oídos, con mi tierna serenata,
para sentirte tan cerca como en la infancia añorada
cuando adornabas mis rizos con flores y con guirnaldas.

U
Unidas en cuerpo y mente atravesamos montañas
y nos cogió la mañana lleniticas de esperanzas,
después de ordeñar las vacas templando las añoranzas
se amontonaron los granos con tesón y mucha maña.

F
Florecieron amapolas, geranios, dalias y rosas
muchos novios y alelíes, claveles y girasoles,
azahares de naranjos, duraznos, limón y moras
platanales, mangos, sapotes, alegraban las jornadas.

R
Reias con los vecinos: las Marujas, las Socorros
los Tinitos, los Gerardos, los Angeles y los Toños,
los Vicentes, los Ramones, los Miras, los de la estancia
Rigoberto y muchos otros, que usaban carriel y ruana.

O
Olorosas las mañanas, café y chocolate fuerte
con arepa y mantequilla, carne frita y queso fresco,
pandequesos y panderos de la mamá Betsabé
y las hermosas tonadas del papá, Valencia y Raquel.

C
Cuánto te he querido Efra, cuánto te quiero y querré
porque para mi eres: madre, hermana amiga fiel,
porque jamás en la vida, tendré con que agradecer
tanto amor, tanto cariño, tanto apoyo y buen querer.

I
Ilusiones invadieron mi corazón, mi vergel
y con tu esfuerzo yo pude crecer en un mundo cruel,
con tus pequeños ahorros hiciste posible, ayer,
satisfacer imposibles, hasta empeñando tu set.

N
Nacimos para querer, para amar y comprender
que la vida es un regalo para unirnos por doquier,
sembrando fraternidad y cantando sin parar
que Dios siga bendiciendo nuestro vivir, nuestro andar.

A

Así juntitas por siempre: Libia, Socorro, tu y yo
toditica la familia, los vecinos, la región,
agradeceremos al cielo la dicha de compartir
nuestra existencia y las flores que renacen cada vez.

María Asenet Arboleda Urrego

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