viernes, 9 de marzo de 2007

ILUSIONES





Anoche te descubrí
muy quedo en la inmensidad,
con tu mirada habitual
llena de ternura y paz,

Se confundió tu mirar
con un abrazo triunfal,
aún siento el titilar
de tu energía vital.

Tu espíritu con mi espíritu
se entrelazan sin cesar,
puedes decirme, bien mío:
¿Es esta una realidad?

¿Por qué siento el despertar
de una emoción especial?
¿Por qué creo que es verdad
que en mi mente, ya tu estas?

Si es el renacer del día
si es la luz en la oscuridad
¿Cómo, pues, hay que empezar
esta marcha sin final?

Me dijiste: no es posible
el tiempo es nuestro rival,
esos caminos opuestos
se pierden en la ciudad.

Te marchaste y me dejaste
suspirando de ansiedad,
esos amores sutiles
no se vuelven a encontrar.

Gracias, amor de mi vida
gracias, mi sueño ideal,
que la vida te depare
amor, paz y felicidad.

María Asenet Arboleda Urrego

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